GRUPO 400+ DE VENEZUELA

mail: g400mas.Venezuela@gmail.com

http://g400mas.blogspot.com

abril de 2009

Sarkozy y la gloire de Francia

 

Tradicionalmente los jefes de Estado franceses han tenido en común el convencimiento de que cada uno de ellos encarna la gloire de Francia que los obliga a trascender sus fronteras.


Diego E. Arria
Suficiente recordar a Napoleón, Luis XIV y De Gaulle. En los últimos años este sentido de destino personal impulsó a dos de ellos a buscar extender su influencia en América Latina.

El primero, François Miterrand, suscribió, al comienzo de su gobierno en 1981, con el presidente López Portillo, la Declaración Franco-Mexicana,  que reconocía a las guerrillas salvadoreñas como una “fuerza política representativa”. Semejante propuesta hizo que el presidente estadounidense Ronald Reagan desempolvara la doctrina Monroe y que la OEA rechazara la controversial declaración. Acto seguido Francia fue excluida del proceso de paz.

El segundo, el presidente Nicolás Sarkozy, no siguió el ejemplo de Miterrand –que se acercó al gobierno mexicano que tenía la política exterior más independiente de América Latina–, sino al régimen militarizado y crecientemente totalitario de Venezuela, que se burla diariamente de los principios de “Libertad, Igualdad y Fraternidad” con los que Francia inspiró al mundo.

¿Y en qué consistió este acercamiento? Primero, y a pesar de conocer la estrecha relación entre el régimen venezolano y la organización narco terrorista FARC, en una operación de oportunismo humanitario Sarkozy invitó al presidente Chávez a París apenas doce días antes del referendo en Venezuela de diciembre de 2007 promoviéndolo así como un líder humanitario. Luego, públicamente presionó al presidente de Colombia para que dejara a Hugo Chávez negociar con esa organización la liberación de Ingrid Betancourt, a lo cual Colombia naturalmente se negó.

Su más reciente acercamiento al presidente venezolano ha sido por la vía epistolar, “felicitándolo calurosamente por la rotunda victoria del proyecto de reforma de la Constitución venezolana, por el rol que desempeñó en la campaña electoral y deseándole que esos resultados le permitan seguir adelante con los esfuerzos que ha implementado desde hace más de diez años a favor de una mayor justicia social y de la reducción de las desigualdades”. Palabras que, sin duda, desmerecen la gloire francesa, y que no fueron escritas por consideraciones humanitarias, sino estrictamente crematísticas.

Semejante desnaturalización de la realidad nacional fue inmediatamente rebatida por el
G400+ de Venezuela (http://g400mas.blogspot.com) mediante una carta pública al presidente Sarkozy, expresándole la alarma que había causado su mensaje en la sociedad democrática venezolana. Le recordaban hechos de pleno conocimiento público, de cómo el presidente Chávez había puesto al servicio de su interés político todos los recursos del Estado, cómo intimidó y presionó a los empleados públicos, inhabilitó a personalidades políticas opositoras, profirió amenazas contra la vida y la integridad de líderes de la disidencia y de los movimientos estudiantiles, ordenó la utilización de la fuerza pública contra manifestantes pacíficos y las ilegales detenciones de figuras de la oposición.

Son hechos que un observador independiente no podría avalar, salvo que aplique el viejo precepto de que “el cliente siempre tiene la razón”. El
G400+ de Venezuela, del cual formo parte como coordinador, entiende que en las relaciones entre países como Francia y Venezuela, que han mantenido una larga y sólida amistad, pueda sentirse la necesidad de dar cabida al protocolo diplomático, pero no comprende que sea motivo de satisfacción para Francia que en Venezuela los poderes públicos carezcan de independencia por la subordinación absoluta a la voluntad del presidente Chávez. Y menos, que su presidente ignore y condone la progresiva asfixia a la cual viene siendo sometida la democracia venezolana por parte de un régimen para el cual el sufragio es apenas un instrumento para alcanzar el poder y para desmantelar toda salvaguardia constitucional o legal que se interponga en su ambición totalitaria.

La amistad franco-venezolana merece mejores gestos y apelamos a que Francia –y su presidente– la mantenga en alto.

http://www.poder360.com/article_detail.php?id_article=1496

regreso al G400+          Share/Save/Bookmark