El Grupo 400+ (G-400+) es una agrupación plural e independiente integrada por personas representativas del universo de la sociedad democrática venezolana. Está compuesto de diplomáticos, empresarios, formadores de opinión, profesionales de diversas especialidades, militares retirados, exministros, analistas políticos y otros.
Carta abierta al Presidente de Costa Rica, Óscar Arias, premio Nobel de la Paz. Diego Arria, ex embajador de Venezuela ante la ONU, y 400 firmas más del Grupo 400+
Caracas, 2008.09.Señor Presidente Arias:
Sin duda, su deplorable expresión de admiración representa por una parte una confusión entre solidaridad e interés, entre generosidad y expoliación, y por la otra contribuye a la consolidación de un régimen militarista, ladrón y antidemocrático, que no dialoga ni reconoce opiniones distintas a las de Chávez, que fomenta el odio y la discordia entre los venezolanos y entre los latinoamericanos.
Costo político. Es importante que usted, al igual que todos aquellos que se benefician de la supuesta generosidad del Comandante Chávez, entienda que la misma no es gratuita, que tiene propósitos políticos y que sus réditos les serán exigidos en ese ámbito. Ya en una ocasión se la cobró a República Dominicana suspendiéndole el suministro de petróleo, y a Costa Rica amenazando cerrar una planta de aluminio cuando usted dijo que los poderes especiales otorgados al mandatario venezolano eran “la negación de la democracia”, en lo cual, por supuesto, tenía y sigue usted teniendo toda la razón.
Permítanos también destacarle que la supuesta generosidad del Comandante Chávez está basada en la disposición de activos que pertenecen a la nación venezolana y no al Gobierno que él preside, y que sobre estos activos su condición presidencial no le da propiedad ni derecho de libre disposición. Igualmente deben estar todos conscientes de que esos donativos son ilegítimos e ilegales, y que no han sido aprobados por los poderes públicos competentes, y que, por lo tanto, están sujetos a revisión y devolución.
En este contexto el propio Comandante Chávez se ha encargado de pregonar que cuenta con los votos incondicionales de los Gobiernos que subsidia, mediante el tratado del ALBA y Petrocaribe, para cuando los necesite, como ocurriría en el caso de considerarse la moción que adelantamos grupos de ciudadanos para llevar ante la OEA, como organización custodia de la Carta Democrática Interamericana, respecto a la violación que a sus preceptos representan un conjunto de leyes impuestas al país mediante decreto del pasado 31 de julio, con las que se modifica de facto la Constitución de Venezuela para convertirlo en un país colectivista, y se encomienda a la fuerza armada la represión de la disidencia.
Libertades amenazadas. Señor Presidente Arias: “Una vez en la historia de América Latina, las armas y los ejércitos estuvieron asociados con la libertad y la independencia. Una vez en la historia, las armas y los ejércitos estuvieron asociados con estabilidad y con respeto a las instituciones públicas. Han cambiado los tiempos. Ahora es la historia de opresión de los pueblos, la de sus tiranías y su dependencia; ahora es la historia de irrespeto a los derechos humanos, de corrupción y de miseria, la que está escrita por las botas de los militares.”
Estas fueron algunas de sus palabras ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en junio de 1988 que describen cabalmente lo que hoy sufrimos los venezolanos, lo cual hace aún más inexplicable que un hombre de Estado de su prestigio, que lo ha hecho merecedor del premio Nobel de la Paz, alabe a un régimen militarista como el nuestro.
A diferencia de su querido y admirado país, donde “sus libertades nunca fueron amenazadas ni conocieron la humillación de un destino regido por la fuerza”, en el nuestro sí lo están, por lo que es deplorable que los países latinoamericanos y caribeños, por los que la democracia venezolana tanto dio, subordinen sus principios y valores a un interés circunstancial, omitiendo además los compromisos que deberían exigir en base en la Carta Democrática Interamericana.