El Universal
La MOE-UE y el CNE
Adolfo R. Taylhardat
LA MISION de Observación Electoral de la Unión Europea (MOE-UE) dice en su informe final: "La característica más notable del período preelectoral fue la ausencia de confianza de amplios sectores de la sociedad en el proceso electoral y en la independencia del CNE. Los partidos de oposición cuestionaron en particular la manera en que fueron nombrados los actuales miembros provisionales de la directiva del CNE", y agrega "...Además, lo que se percibió como un alineamiento de cuatro miembros de la directiva con posturas gubernamentales añadió un permanente elemento de desconfianza".
A ese lenguaje diplomático que encierra un juicio contundente la MOEUE añadió las siguientes recomendaciones pertinentes y oportunas:
"Recomendamos a todos los actores implicados en la tarea de nombrar la nueva directiva del CNE que hagan todos los esfuerzos posibles por incluir en el debate y el subsiguiente proceso de selección a todas las fuerzas políticas actualmente no representadas en la AN"... "El nombramiento de una directiva del CNE compuesta por profesionales independientes de origen diverso, que disfrute de la confianza de todos los sectores de la sociedad es un paso fundamental en el proceso de reconciliación".
Estamos justo en el momento en que esas recomendaciones deben ser atendidas. En los próximos días el Comité de Postulaciones presentará a la Asamblea Nacional las listas de elegibles para ser designados rectores principales y suplentes. En los 10 días siguientes la AN deberá conformar el nuevo CNE.
Entre los postulados figuran algunos ciudadanos que reúnen plenamente las condiciones de independencia, experiencia e integridad que deben llenar los rectores del CNE.
Según la MOE-UE las elecciones parlamentarias representaron "una oportunidad perdida para poner fin a la fractura de la sociedad vene zolana".
La elección presidencial ofrece una nueva oportunidad, pero su suerte está en manos de los actores implicados en la tarea de nombrar la nueva directiva del CNE. La AN es el principal "actor implicado" y tiene la obligación de designar una directiva del CNE ajustándose a lo que dispone la Constitución Nacional, y sobre todo el artículo 9.4 de la Ley Orgánica del Poder Electoral el cual dispone que los integrantes del CNE no deben estar vinculados a partidos políticos.
Que no se le ocurra al otro "actor implicado" salir con una marramuncia, porque lo que es igual no es trampa.